Grupos y Anécdotas

Hubo un grupo al que se conocía como ‘Los viseras' las formaban Rafael Sánchez, Vicente Condón, Clemente Lapasión, Justo Ceamanos, Alfredo Francia, Ramiro Agudo y Esteban Collado. Rafael era el compositor del grupo, el que inventaba las letras.

Conocida es, y corre entre los del pueblo reproducida en papeles, aquella que se cantaba a cuatro del grupo (Justo, el frutero; Vicente, el albañil; Rafael, el secretario; Miguel, el maestro) y llevaba por título el mismo que daba nombre al grupo.

No hay una historia más linda
que la que voy a contar;
la de estos cuatro muchachos,
que son más buenos que el pan.
Sólo tienen un defecto,
si defecto he de llamar;
que vayan todas las tardes,
a la bodega a merendar.

Y es que la gente algo vieja,
no los quiere comprender;
y al beber ellos lo hacen,
con la más sincera fe.

Bien es verdad que por eso,
también los critican;
pero aún así, de beber,
ellos nunca se quitan

Por lo demás son los cuatro,
más buenos que el pan.

Toda las gente les dice,
cuándo os vais a casar;
y cada uno les responde,
bebiéndose un vaso más.

Unas dicen que son viejos,
otras, que son jóvenes para amar;
por eso aman tanto el vino,
que no les exige edad.
Bien es verdad que a las chicas,
también las conquistan;
y mucho más si se trata,
de alguna bonita.

Por lo demás son los cuatro,
más buenos que el pan.

Cuando dejan la bodega,
no lo hacen por no beber;
es que se van al trabajo,
a cumplir con su deber.

El maestro se va a la escuela,
el secretario a la hermandad,
el albañil a sus obras
y el frutero a sulfatear.

Esta historia de los cuatro,
ya la vamos a acabar;
no perdiendo la costumbre,
un vaso vamos a echar.

Conocido igualmente es el que formaban Teodoro Gómez, Serafín Pablo, Avelino García, Facundo Ceamanos y algún otro, que iban tocando por los bailes de los pueblos con instrumentos de cuerda.

Se cuenta de ellos una anécdota, dicen que ocurrida en Orera, de donde no les dejaban marcharse. Cuando los músicos se hartaron cogieron la guitarra y al grito de “esta no toca más”, al primero del pueblo que subió al escenario se la rompieron en la cabeza (“se la pusieron de collar”, decían ellos). Al parecer lo de romper alguna que otra guitarra venía a ser costumbre entre los de Sediles.

Otra anécdota del mismo grupo, se refiere a Avelino. Resulta que se bebía lo vasos de vino, y, a continuación se comía, literalmente, el vaso de cristal a mordiscos.

. A pesar de que la tradición de rondar a las mozas ya se ha perdido, continúa entre los de Sediles la costumbre de componer coplas. Como muestra, transcribo dos que, Joaquín Bravo ‘el cartero', ha compuesto recientemente, dedicadas a su pueblo, y la patrona la Virgen del Villar:

En la falda la Vicor
hay un pueblo singular,
que le llamamos Sediles
y es digno de visitar.

Sediles tiene una joya
que es la Virgen del Villar,
para el orgullo del pueblo
se posó en el olivar.

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