Museo del Aceite
El cultivo básico de Sediles es la aceituna, ya que su altitud y climatología así se lo han permitido desde hace siglos.
Si bien la elaboración de aceite en Sediles se remonta a siglos atrás, en torno a 1920 surgió un proyecto cooperativista para la creación de un molino aceitero en la localidad. La Guerra Civil paralizó el proyecto, retomándose más adelante, que fue cuando surgió la «Cooperativa del Campo San Félix», quien construyó un edificio destinado a almazara, dotándolo de la maquinaria necesaria para la molienda de la producción olivarera.
Con este nuevo proyecto se sustituía a los antiguos molinos situados junto a los cauces de agua y movidos por fuerza animal.
Tras casi un siglo prestando servicio a agricultores de la localidad y de otros municipios, en 2006 la cooperativa cerró sus puertas y abandonó la actividad, dando paso a la aparición de dos nuevas almazaras que a día de hoy siguen con gran éxito la labor milenaria de Sediles en la fabricación de Aceite Virgen Extra: «La Almazara de Inés» y la «Cooperativa Sierra Vicort».
La antigua almazara se acondicionó y alberga “El Museo del Aceite de Sediles”, un espacio en el se exponen diferentes elementos vinculados a la elaboración del conocido AOVE de Sediles.
Al museo se pueden realizar visitas guiadas con cata de aceites.
Proceso artesanal de elaboración del Aceite de Oliva
El proceso de elaboración es sencillo, pero todo lo riguroso que lo hacen años y años de tradición aceitunera. Todas las olivas recolectadas diariamente se recogen en el granero de la almazara donde los trabajadores las introducen en una torva situada justo encima de la zona de molturación, hasta que ésta se colmata con los 500 Kg . necesarios para una parada o pie.
Una guillotina regulable tasa la cantidad de aceitunas que caerán bajo las piedras troncocónicas de molturación, para evitar así el amontonamiento o la escasez de olivas en esa zona. Estos megalitos de más de una tonelada son movidos en la actualidad por un motor eléctrico que ha relegado a la fuerza animal. El continuo girar de los cilindros va machacando las olivas hasta convertirlas en una pasta oleaginosa y gracias a su forma troncocónica la pasta va saliendo hasta un canal circular que rodea la zona de molturación. Las palas adosadas a los cilindros van rayendo la canal y conducen la pasta a un sinfín que la transporta a un recipiente denominado batidora que la mantiene amasada y caliente. Una vez llena la batidora la pasta de olivas cae en una pila de la que los trabajadores la irán recogiendo para empezar a montar una parada o pie. La parada se eleva sobre una vagoneta que recogerá la escorrentía del primer aceite extra virgen, esta parada se compone de capas y capas de capazas rellenas de la pasta de aceitunas, las capazas antes de esparto se han ido sustituyendo por otras de fibras artificiales mucho más resistentes. Esta parada está completa cuando se han molido los 500 Kg . de carga de la torva, llegando a alcanzar el 1,70 Mts. o 1,80 Mts. de altura e incluyendo de 50 a 60 capazas. Tras este momento la vagoneta es llevada con la ayuda de una traspaleta hasta la prensa hidráulica, anteriormente este proceso se realizaba gracias a unos raíles en el suelo que todavía se conservan bajo el moderno terrazo.
Colocada la parada dentro del palio de la prensa hidráulica de presión inferior esta empieza a actuar y hace que lenta pero rítmicamente el aceite, el agua y los residuos sólidos caigan exprimidos de entre las fibras de las capazas hasta el fondo de la vagoneta, que habrá sido conectada y canalizada hasta las pilas de almacenaje y decantación.
Llegando a un punto en que la prensa alcanza las 100 atmósferas de presión se cambia la marcha iniciando un prensado más lento y pausado que hará extraer suavemente el jugo de la aceituna. Una vez finalizada la prensada se lava la parada con agua caliente para acabar de extraer la mayor cantidad de producto.
Ya se ha dicho que el resultado del prensado se recoge en unas pilas de decantación intercomunicadas, en las cuales se inicia el primer proceso purificador y filtrador del aceite. Este al tener menos densidad que el agua y los residuos sólidos tiende a aflorar y es así como al desaguar por el fondo de la primera pila el agua y sus residuos son expulsados a otros depósitos situados en la zona inferior de la almazara que se denominan infiernos. Es aquí donde se recogen las impurezas y aguas nocivas denominadas alpechín que serán trasladadas en recipientes acondicionados para la fabricación de productos como jabones.
Con la continua molturación y prensado el aceite va llenando una pila tras otra iniciándose la segunda depuración natural al pasar por su propio peso de pileta en pileta. Esta decantación del aceite al pasar por las sucesivas pilas junto con los anteriores procesos, todos ellos vírgenes de agresivos métodos mecánicos y químicos, le hace conferir al aceite de Sediles su afamado y apreciado sabor, único entre los aceites extra vírgenes. Una vez recogido el fruto de la parada todavía queda descapazarla, proceso consistente en despegar la pasta prensada o cospillo de las capazas o capachas, estos restos sólidos son vendidos a fábricas aceiteras que la aprovechan para la elaboración de aceites de menor calidad y de orujo de aceite.